El Minivoley nace en la antigua República Democrática Alemana, legado del Profesor Horst Baacke, en los años 60, como un método de preparación para el Voleibol. En un principio, como ya se ha dicho, era concebido como el “Voleibol para niños”, o al menos como un juego que debía derivar en el Voleibol de adultos, imitando sus acciones y proponiendo una simple reducción de las medidas del campo, del balón, de la altura de la red y del número de jugadores participantes.
A mediados de los años 70 la Federación Internacional de Voleibol, consciente de la importancia que para el desarrollo y la difusión del Voleibol significa la actividad infantil y escolar, impulsó la investigación, el desarrollo y el intercambio de experiencias en esta materia.
A través de estas manifestaciones, el concepto de Minivoley fue sufriendo profundas modificaciones, que
comenzaron en el Primer Simposio Internacional de Suecia en 1975 y continuaron en los sucesivos, que se
celebraron en Italia, argentina, Francia y Canadá, con el apoyo de la Comisión de Minivoley de la FIVB.
La lectura de los documentos y recomendaciones surgidas de estos eventos, revela las orientaciones finales
que consolidaron el movimiento de Minivoley bajo las siguientes premisas básicas:
Una vez dado este impulso y orientaciones iniciales, el Minivoley adquirió una identidad propia y ha seguido
su propio camino, adaptándose a diferentes particularidades y culturas, cumpliendo los objetivos y
principios para los cuales fue creado.